
Crónia - Ecstatic Dance
En nuestro mundo acelerado, muchas personas anhelan una conexión más profunda consigo mismas y con el entorno, y aunque las rutinas pueden dirigir nuestras vidas, siempre podemos encontrar alternativas que nos permitan esa conexión que anhelamos. Y es por eso que hay que aprender a identificar prácticas que llenen nuestra vida de gozo.
Y para poder vivir esta experiencia nuestro grupo de mujeres de "La palmera de Débora" nos hemos reunido para experimentar una sesión de Ecstatic Dance, la cual nos invita a expresarnos con más libertad y a permitir la conexión con el cuerpo.
A través del Ecstatic Dance vas encontrando nuevas formas de habitar tu cuerpo, descubres que hay músicas que no solo hacen danzar, sino que te mueven por dentro, aflojan, ordenan, y sin que te des cuenta algo se acomoda. Es además un momentodonde reconocer la soberanía de nuestro cuerpo es darle espacio para que se exprese libremente y eso es parte de ese proceso que hemos vivido con el Ecstatic Dance.
Y aunque se dice fácil, no lo es; dejar que nuestro cuerpo se mueva libremente requiere un desafío, ya que nuestros cuerpos están más acostumbrados a encorvarse, somos cuerpos con tantas cargas y opresiones, que muchas veces se manifiestan con enfermedades y dolores espirituales.
Al iniciar la sesión, el facilitador nos ha explicado el origen del Ecstatic Dance, y que es un espacio para dar rienda suelta al cuerpo y conocer el poder sanador de la música. También nos ha dado algunas pautas que se necesitan para disponerse a vivir y conectar con el momento.
Este espacio seguro del Ecstatic Dance nos permite honrar las emociones en silencio, ya que esta experiencia tiene pautas que fomentan la introspección. Bailar descalzo y no hablar; se baila descalzo para estar conectado con la tierra, y no se puede hablar para ser consciente de lo que despierta dentro de ti, y porque permite que seamos conscientes de lo que se despierta dentro de uno mismo y eso favorece la espontaneidad, ya que al movernos sin hablar estamos más presentes en el momento.
Luego hemos compartido una bebida ancestral, donde Martha ha explicado el ritual del cacao que sirve para abrir el corazón y despejar el camino para la exploración interior, mientras que el Ecstatic Dance permite la liberación y la expresión corporal por lo que juntas crean un viaje de autoconocimiento y sanación. Hemos tomado el cacao de forma consciente y serenamente, disfrutando plenamente de este momento mágico y descubriendo cómo reacciona nuestro cuerpo, disfrutando cada una de un pequeño sorbo de cacao hecho artesanalmente.
Después de la bebida de cacao, hemos tenido un momento de relajación para respirar profundamente y liberar el cuerpo, soltando los brazos y piernas; también hemos hecho ejercicios dirigidos como caminar por el salón, saludarnos con la mirada y reconocer al grupo con el cual compartimos la sesión.
Luego, se nos ha pedido que buscáramos un espacio en el salón donde nos sintiéramos cómodas y ha empezado a sonar la música suave y lenta, las luces se han apagado y cada una se ha quedado en su espacio sintiendo la música. A medida que íbamos tomando más conciencia corporal, nuestro cuerpo se ha ido conectando mejor y nos hemos vuelto más presentes en el ahora. Luego, cada una ha ido encontrando su armonía con el baile, algunas danzando acostadas en el piso y otras desplazándose por todo el salón.
De modo que, aunque al iniciar la sesión estábamos muy tímidas y con nuestros cuerpos rígidos, cargados del estrés y la agitación de la semana, al ir avanzando la sesión se ha podido sentir el cambio en la expresión corporal poco a poco.
Se percibía como íbamos liberando el estrés, y las tensiones reprimidas en el cuerpo a través del movimiento. Aquí es donde se da la magia con el Ecstatic Dance. La magia no se da de una sola vez, es un proceso lento que se va despertando en el cuerpo que usualmente se ha acostumbrado a la rigidez.
El facilitador nos ha llevado por un viaje de distintos ritmos, pero la música ha ido cambiando y los movimientos eufóricos de a poquito se han vuelto más calmos con una melodía que tiene algo de mantra y es aquí cuando Ecstatic Dance ha terminado con una ronda gigante en la cual nos hemos dado las gracias por haber participado, por habernos respetado y habernos abiertos a experimentar la propia individualidad en un espacio sin juicios y conectar más profundamente con nosotras mismas en un espacio seguro.
La música no solo suena, si no que te abraza desde adentro, y si a eso le sumas el movimiento y un grupo que te acompaña sin juzgar, la experiencia se vuelve transformadora. Y así ha sido como ha terminado la primera sesión de Ecstatic Dance en OnDoaN. "Llegas de una manera y te vas de otra"
Mache González


