Crónica - Círculo del Silencio

16.02.2023

El Silencio, cada mes, permanente y firme, del Círculo del Silencio, tiene como objetivo exigir la acogida de personas refugiadas e inmigrantes. Reclamamos, políticas justas, el cierre de las CIEs (los Centros de Internamiento de Extranjeros), así como la hospitalidad y el acompañamiento que merecen esas personas. Nuestro grito silencioso, es una semilla de esperanza que se extiende por Europa y cruza el Mediterráneo hasta los países del continente africano.

Por ello, pedimos políticas justas. ¿Para qué?

1. Para que se abandone la compra-venta de personas, para proteger a las víctimas (principalmente, mujeres y menores de edad), y para que dejen de existir las personas e instituciones que se enriquecen con ello.

2. Que hagamos de nuestros pueblos y ciudades, tierra de acogida, donde se garantice la atención a las necesidades básicas -alimentación, vivienda, salud, trabajo…- de las personas migrantes.

3. Para que se adjudiquen partidas destinadas a políticas migratorias adecuadas en los presupuestos del Estado, en las Comunidades Autónomas, en las Diputaciones y de los Ayuntamientos.

4. Que se afronten las causas de la migración involuntaria: conflictos armados, expolio de los recursos naturales, pobreza y desigualdad, cambio climático, corrupción… Y que se garantice el desplazamiento seguro de las personas que deciden salir de sus países de origen, sin poner en riesgo su vida y su dignidad.

5. Garantizar los derechos de las personas que están en los CIEs, y el cierre de dichos centros.

6. Que se rechacen tratados inmorales y deshumanizantes que tratan a las personas como si fueran mercancía.

Para los que estamos aquí, la voz de las personas más vulnerables es un grito de Esperanza. La esperanza que traspasa las concertinas; las concertinas son los dientes que, colocados en la parte superior de las vallas, provocan graves lesiones. Esa esperanza es fuente de solidaridad y nos invita a poner en marcha nuestra capacidad de acogida, sabedores de que podemos cambiar esa realidad de sufrimiento.

Mientras exista la injusticia y la violencia, no habrá muro, ni valla que pueda frenar la utopía humana.

Queremos dar las gracias por el compromiso de todos los que habéis participado en este Círculo del Silencio. Con la confianza de que nos volveremos a encontrar el 16 de marzo.