Crónica - Formación para el Voluntariado (Sesión 3: Panel de Experiencias)
COMPARTIENDO LA VOLUNTAD
Hoy hemos tenido la suerte de poder compartir la tarde con personas llegadas de distintas asociaciones y de escuchar las experiencias y realidades que se escondían tras ellas. Nos han acompañado Beñat y Henar (voluntarios de Hazi eta Ikasi), Leire (voluntaria de Loiolaetxea), Ane y Abdoulay (voluntarios de Red de Acogida Ciudadana) y Nau y Olatz (voluntario y responsable del voluntariado de Atzegi respectivamente).
Podría hablar durante muchas páginas sobre todo lo contado; de lo que nos han hecho sentir y reflexionar, de cómo se han escuchado unos a otros y han conversado redescubriendo realidades que tenían al lado. Pero lo realmente importante no han sido los datos, porcentajes o actividades explicadas de manera teórica, no. Lo más importante ha sido su manera de expresarse y transmitir aquello que tanto les importa.
Gracias a sus diversas experiencias (y a las nuestras) nos han hecho entender que se puede ser voluntario de mil maneras diferentes, solo hace falta voluntad (como bien indica la palabra) y encontrar aquello que nos mueve. Porque sin motivación ni emoción será imposible implicarnos verdaderamente en algo. Mientras escuchábamos he podido observar cómo mis compañeros se sentían identificados con las personas ahí presentes, ya fuese por experiencias vitales o por algo tan sencillo como la vergüenza de hablar ante un público. Lo que si me ha quedado claro es como nos han inspirado a creer en nosotros, nuestras capacidades y nuestro valor a la hora de aportar y aprender de los demás. Porque lo más especial ha sido tener a gente anónima de entidades conocidas mostrándose como nuestros iguales y compartiendo tanto valores como sentimientos.
No quiero seguir alargándome, porque al final la crónica parecerá una transcripción a tiempo real, lo cual sería demasiado aburrido. Por eso, para terminar, quiero compartir parte de la conclusión final a la que hemos llegado: El voluntariado es el regalo de poder alimentarnos mutuamente. No importa quienes seamos ni de donde, que nos mueva ni cual magnitud tenga nuestra aportación porque el simple hecho de estar presentes en la vida y ayudarnos mutuamente nos hace seguir brillando, viviendo.
Usue Odriozola Nava
"Elkar elikatuz"
Es un pequeño regalo con el que hemos querido representar y agradecer lo que nos han aportado al compartir la tarde con nosotros, que a su vez nos sirve como conclusión de todo lo hablado esta tarde.
Desde que era pequeña me han encantado los girasoles. Tienen un color super vibrante, un nombre gracioso, disfrutan del sol y nos dan pipas. Pero cuando no hay sol se esconden, se quedan dormidos. O eso creí siempre hasta que me fijé en los campos del valle cuando salía a pasear con mi aita. Algunos girasoles se miraban los unos a los otros cuando no había sol. Mi aita me explicó, que cuando no pueden conseguir energía del sol los girasoles se ayudan unos a otros, dándose energía para mantenerse sanos. Es una historia que siempre ha viajado conmigo, y nos enseña que tener la voluntad de compartir nos alimenta y cuida siempre.