Crónica "Palmera de Débora"
Ha llegado el otoño y con ello la primera reunión de este nuevo ciclo; las caras de antes, contentas, emocionadas y algunas ansiosas por volver a reunirse.
También ha habido caras nuevas, se ha pasado la voz y se han integrado dos mujeres de culturas diferentes, con ganas de nutrirse de lo aquí compartido; seguro que aportan cosas buenas al grupo.
Quienes lo organizan nos han recibido, nos han dado la bienvenida, nos han compartido la belleza de su ser y es justo ahí cuando comprobamos que el amor es el hilo conductor que une nuestras vidas y comprendemos que cuando nuestras acciones se tejen con amor podemos cambiar el rumbo de todo.
Este nuevo ciclo de La Palmera es un lienzo en blanco, es una oportunidad para viajar; al país de cada una de estas mujeres, de viajar hacia adentro de nosotras mismas de la mano de estas mujeres de gran corazón que abren sus puertas, nos reciben y extienden sus manos, mostrándonos que en cada gesto, en cada sonrisa, en cada enseñanza creamos un impacto en el corazón de quienes hoy formamos La Palmera.
Durante la reunión se propusieron diferentes actividades a desarrollar durante este nuevo ciclo, tales como: Intercambio de literatura de crecimiento y desarrollo personal, conocer a fondo la capital donostiarra, actividades de meditación, biodanza y mindfulness, entre otras.
Tenemos ideas, planes, deseos, sueños que paso a paso iremos materializando, tomadas de la mano, haciendo frente común. Todo es posible, siempre que trabajemos en desarrollar valores de justicia, conciencia social, tolerancia y respeto a las diferentes culturas que aquí nos reunimos. Aquí estamos, decididas a que cada acción, cada idea plasmada, sean hilos conductores llenos de amor, que entrelacen y enriquezcan nuestros caminos.
Por muchos días en los que podamos ser nosotras, por muchos días en los que nos cuidemos, por muchos días en los que podamos dar lo mejor de nosotras mismas a todo nuestro entorno, sin olvidarnos del poema de Antonio Machado… "Caminante no hay camino, caminante son tus huellas el camino y nada más. Caminante no hay camino, se hace camino al andar".
Marta Ortega