
Crónica - "Palmera de Débora"


Primer sábado del mes de Octubre: daba pereza salir de casa, ya se sabe, sábado después de comer suele venir ese momento de sofá y mantita, y además llovía mucho.
Pero a pesar de todo ello las mujeres que formamos La Palmera de Débora puntualmente nos hemos encontrado en OnDoaN.
Ha sido una tarde de emociones, en el plano teórico y en el vivencial.
Y es que el tema tratado ha sido el de las emociones. Pauli nos ha explicado que Arantza nos haría una introducción teórica sobre las emociones antes de pasar a colorear unas mándalas que teníamos.
Y así, tras una breve explicación de las emociones básicas, nos hemos dispuesto a colorear desde cada una de ellas: ira o rabia, alegría, tristeza y miedo.
Cuando nos dejamos llevar por la alegría no brotan los mismos colores que si nos trasladamos a la ira… ¡¡sin duda!! Y eso es lo que hemos podido compartir al finalizar de colorearlas.
La tristeza, la alegría, la ira o rabia y el miedo han ido fluyendo por nuestros cuerpos y curiosamente, o no, al compartir hemos podido comprobar que coincidíamos bastante en la elección de colores para cada emoción.
Bonita experiencia compartida.
Pero la vida es así de caprichosa y antes de casi empezar a colorear, nada más empezar Arantza a hablar de las emociones, a una de nuestras compañeras, la emoción de la tristeza le ha invadido de tal manera que ha tenido que dejarnos.
Y es que a veces la dureza de la vida hace que desde muchos km de distancia toque recibir dolorosísimas noticias sobre familiares.
Esa es una de las realidades más duras que este grupo de mujeres me está enseñando. Familias separadas por muchísimos km y durante mucho tiempo. Y, entretanto, la vida sigue y ocurren cosas que hay que poder gestionar desde esa distancia.
Sin duda la tristeza, la nostalgia, la pena… y, por qué no, en casos como el de esta compañera, la rabia y la ira, la incomprensión y sensación de injusticia… ¡¡afloran a borbotones!!
Y ahí las Mujeres de la Palmera también podemos aportar en estos casos aunque solo sea acompañar en este trance y desde la compasión hacernos presentes .
Mujeres viviendo y sintiéndose tan lejos de su tierra, pero al mismo tiempo tienen muy claro cuál es el pueblo que las ha acogido y por eso también están emocionadas dando los primeros pasos para acercarse al euskara.
Desde aquí y en esa lengua nos sumamos al dolor de nuestra compañera y le decimos: "Sentitzen dugu. Goian beude."
María Eugenia Iparragirre Bemposta