Crónica - Ratos Rutas Retos

19.03.2023

Domingo a la mañana, frío, mal tiempo, no preveía una marcha "muy agradable". Para mí era algo totalmente nuevo, no había estado nunca en un acontecimiento similar. Sin embargo, desde que me he montado en el tren con rumbo a Trintxerpe me he sentido como uno más. Yo era "el que venía de fuera", pero, insisto, desde un principio me he sentido como uno más. ¿No debería ser así siempre? ¿Es verdaderamente tan difícil hacer sentir "al de fuera" como en casa?

Hemos llegado algo pronto y todavía no se veía mucha gente, pero a medida que la gente ha ido llegando, el frío y el mal tiempo han ido dando paso al sol y al calor. La marcha ha comenzado con algo de música y ritmo. No me ha costado mucho empezar a hablar, se respiraba un ambiente de cercanía. Mal ha hecho Fanni en empezar a hablarme sobre fútbol, todavía no me creo que le guste el Eibar… La verdad es que el dichoso fútbol es un buen pretexto para comenzar a hablar.

No solo he hablado de fútbol, ha habido varias conversaciones con personas muy interesantes que han hecho que, para cuando nos hemos dado cuenta, ya estuviésemos en el Boulevard al ritmo de la batukada.

No quiero que el hecho de que haya sido un espacio idóneo para hablar sirva para tapar el verdadero objetivo de la marcha: poner el foco en el racismo y la xenofobia, más acentuados si cabe en tierras fronterizas.

Ojalá no tuviera que volver, pero (desgraciadamente) creo que volveré el año que viene.

Juan Solozabal