Crónica - Retiro de Adviento

08.12.2022

Hace pocos días que he llegado de Granada del Congreso de Escuelas Católicas, en el que el lema ha sido "Inspiradores de encuentros". Ha sido una oportunidad precisamente para generar, experimentar y vivir diferentes encuentros, tanto dentro como fuera del Congreso. Interesante.

Lo que no imaginaba yo es que a pocos días iba a tener otra oportunidad de un encuentro más...pero es que la vida se compone precisamente de eso, de encuentros.

He sabido que en la Asociación Ondoan Topagunea, que en estos últimos años tan buenos encuentros me ha proporcionado, habían organizado un retiro de Adviento y he pensado para mi: "esta es una oportunidad para mi de parar, en esta vorágine, en este mundo lleno de ruidos, un momento para dejar de escuchar hacia fuera y hacerlo hacia dentro, pero no para escucharme a mí, sino para escucharle a Él".

Y eso es precisamente lo que nos proponía Arantxa Odriozola en la introducción.

Ha sido un encuentro especial, especial porque lo he hecho junto a mis amigas, a las que siempre y con tantísimo cariño y respeto nombro como "mis monjas".

Ha sido ahí, en la sede de Donostia , en ese entorno precisamente de Compañía de María que tanto me evoca y tanto me aporta.

Ha sido una mañana agradable, una mañana sencilla , pero una mañana plena, llena de contenido, llena de verdad, llena de sinceridad y llena de lo que el "encuentro " conlleva que es estar "con", sentirte en un momento de silencio individual, que no solo, que otras desde esa individualidad también reflexionan contigo.

Ha sido un encuentro con una misma, un encuentro con la vulnerabilidad y un encuentro con el mundo que nos rodea.

Esos son los tres planos en los que nos ha enmarcado la mañana, tan bien como siempre, Arantza, para después durante una largo rato de silencio poder, cada una de nosotras, encontrarnos .

Luego, en una puesta en común hemos podido sentir que todo aquello que poníamos allí era para todas y por todas, compartiendo esa actitud de estar alerta, de estar despierta a lo que va a llegar, con la voluntad de que fuera algo que perdurara en el tiempo, que no fuera solo algo fruto del tiempo de Adviento, que también, pero no exclusivamente.

Un agradecimiento enorme a todas las que me han proporcionado la oportunidad de estar ahí, a las que han compartido conmigo, y un recuerdo para todas las que no han podido estar. 

Maria Eugenia Iparragirre