Kontu-Kontari con... José Antonio Lizarralde - "Pottoko"

23.11.2021

Día Europeo de las Personas sin Hogar 2021

Ser una persona sin hogar no es sinónimo de vago, loco o criminal. En realidad, cualquier persona podría terminar viviendo en las calles, vagando de un lugar a otro, pidiendo para comer y hasta dando las gracias por un abrigo viejo, que ante nuestros ojos nadie usaría.

Son personas que están atravesando una situación difícil en sus vidas, algunas lo tenían todo y lo perdieron, otras nunca han gozado de la abundancia y por lo tanto, no han podido adquirir un hogar propio.

Las personas sin hogar suelen ser objeto de delitos de odio y violencia, incluida la estigmatización social. El perfil de esta población en Europa cambia en la actualidad, con cada vez más niños, inmigrantes, minorías, mujeres y familias en las calles.

El Parlamento Europeo quiere poner fin a la situación de las personas sin hogar.

La vivienda es un derecho fundamental, según destaca el Parlamento Europeo. Sin embargo, según los datos de la Comisión Europeo (datos correspondientes al año 2020), alrededor de 700.000 personas duermen en la calle en la UE, un 70% más que hace 10 años. En España, también ha aumentado el número de personas sin hogar durante la última década. Las encuestas de 2005 y 2012 realizadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan un aumento del 4,7% del número de personas sin hogar (de 21.900 a 22.938 personas).

El riesgo de las personas sin hogar se acentúa con la crisis de Covid-19, al padecer de forma desproporcionada mala salud y carecer de acceso a la higiene y la atención sanitaria. Además, con la actual recesión económica y la pérdida de puestos de trabajo, las tasas de personas sin hogar podrían aumentar.


Cada año el 23 de noviembre, muchas organizaciones nos recuerdan que es el Día Europeo de las personas sin hogar. Hoy es nuestra Asociación, la que se suma a esas muchas para haceros llegar a vosotr@s, nuestros lectores/as, una pincelada de la realidad de las personas sin hogar de nuestro entorno de la mano del hasta ahora responsable de Aterpe José Antonio Lizarralde, conocido por tod@s como "Pottoko".

"Pottoko", que en una semana cumple 62 años, nació en Oiartzun y vive en Ventas de Irún. Se crió en el barrio y, desde joven, se vinculó mucho en las asociaciones de vecinos de su barrio luchando mucho por la mejora del barrio, no solamente a nivel de arquitectura, sino que también de dignidad.

También estuvo de voluntario en Askagintza, una entidad que trabajaba en la prevención de los consumos. Y mientras tanto, se formó en Maestría Industrial en La Salle y, es más, La Salle le colocó en la empresa Tesa donde comenzó a trabajar.

Sin embargo, cuando conoció Askagintza, algo pasó en él. Se fue dando cuenta de que ya no se sentía tan a gusto en el mundo de la empresa; donde sentía verdaderamente que aportaba algo era en los voluntariados, se sentía útil.

Así pues, comenzó su proceso de reflexión y búsqueda para darle sentido a su vida, para vivir en paz consigo mismo y crecer todos los días.

José Antonio Lizarralde - "Pottoko"

Dejó el trabajo y se fue a Madrid. Allí, encontró lo que buscaba; el mundo de lo social era lo suyo. Se formó y volvió a Bilbao, donde trabajó como profesor de chavales con fracaso escolar y de la calle. Aprendió mucho; aprender y aportar... dedicaba todo su tiempo. Después le llamaron desde Donostia y así ha ido ampliando y montando proyectos, creciendo; junto a todo un equipo, incluido los voluntarios.

A continuación, os dejo la entrevista que me concedió durante mi enriquecedora visita a Aterpe:

1· ¿Cuándo se creó este lugar? ¿Cómo nace Aterpe? 

Aterpe nace en el año 1991 en la Parte vieja de Donostia, detrás de la parroquia Santa María. En aquel momento José María Setién era el Obispo. Él vio que había gente en la calle y reunió a curas y congregaciones para ver qué se podía hacer. Decidieron que había que montar un comedor para que la gente pudiera comer y así, Aterpe empieza siendo un comedor.

Pero, con el objetivo de una sociedad que queremos transformar, se dieron cuenta de que además de que la gente tuviera que comer, lo importante era que cada una de ellas hicieran un recorrido personal. De la otra manera, estaríamos anulando a la persona, estaríamos creando personas dependientes. Y eso no puede ser, nosotros creemos en la vida de las personas; en los procesos. Pero para ello, tenemos que acompañar y vincularnos con ellas para poder hacerlo. Y no solamente nosotros, sino que en red con la sociedad.

Por todo esto, fue importante añadir toda la estructura de acompañamiento.

¿Cuánta gente trabajáis aquí? ¿Qué perfiles hay?

Dentro del área de las personas sin hogar, Aterpe es el proyecto más importante; es la columna vertebral de toda el área. Pero hay varios proyectos más, como Hotzaldi y Bidelagun.

En este momento entre los diferentes proyectos trabajamos 28 personas. La mayoría son trabajadores sociales, educadores sociales, integradores sociales y auxiliares de enfermería; ya que el tema de la salud se cuida mucho aquí.

¿Qué servicios ofrecéis vosotros aquí?

Ofrecemos todo tipo de atención primaria. Es decir, alimentación, higiene y salud. Para ello, Aterpe abre de lunes a lunes de 9:00h. a 17:00h. Damos desayunos, comidas, meriendas, duchas, ofrecemos servicios de enfermería, podología, peluquería, lavandería, acompañamientos médicos, etc.

Para nosotros es muy importante dar unas prestaciones de calidad, pero sin olvidarnos de que nuestro trabajo consiste en acompañar, en vincularse con estas personas y desde ahí hacer un proceso personalizado con cada uno; dependiendo un poco de lo que puede conseguir y teniendo en cuenta que para ello hay muchos factores, entre ellos; la situación económica en la que se encuentre la persona, los problemas de sanidad, los niveles de consumo, años de calle, si en este recorrido puede retomar lazos con su red.

Hablas mucho de la importancia del modelo de acompañamiento, ¿qué significa eso? ¿Por qué una persona llega a la calle? 

Estas personas si tuvieran habilidades y tuvieran red, no vendrían a donde nosotros. Ellos harían el recorrido. Yo creo que, entre la gente de la calle y nosotros, hay dos diferencias muy potentes: la soledad y la carencia de recursos personales y habilidades sociales

Una persona llega a la calle porque a veces se viven situaciones vitales estresantes y traumáticas (paro, enfermedad mental, duelo, fracasos personales...) que ante esto una persona necesita recursos para poder enfrentarse a ellas. Claro, si una persona no tiene habilidades se enfrenta a sí mismo y también a su entorno, porque no es capaz de salir de esa situación. Situaciones muy dolorosas que por lo que sea no encuentra la salida. Entonces, ante esto esta persona rompe con su red social; rompe con aquello que le da sentido de pertenencia al grupo y va a la calle. Y ahí se encuentra sola. Y cuando hablo de romper, yo no busco culpables; ni por parte de la familia ni por la propia persona. Es así.

Hoy en día damos mucha importancia a la formación académica, pero para mí es igual o más importante la formación humana. La caja de herramientas que necesitamos para enfrentarnos a las situaciones estresantes y traumáticas que podamos vivir. Porque son parte de la vida y nos van a pasar.

En todos estos años he descubierto que los puntos de partida de la vida no son para todo el mundo iguales. Y si no tienes una estructura que te sostenga, te contenga y te acompañe tienes muchos boletos para acabar en la calle. Porque no todo el mundo puede montar en este tren, porque este tren va muy deprisa y la gente no tiene capacidad. Por ello es importante tener cuidado cuando se habla sobre esto, porque nadie está en la calle porque quiere; na-die.

¿Y por qué hay una falta de recursos y habilidades en las personas?

Yo suelo decir que en la vida tenemos dos pilares fundamentales: el entorno donde has nacido y los referentes que uno va conociendo a lo largo de la vida. Gracias a estos dos pilares uno va integrando en sí recursos, habilidades, destrezas, etc. Va cargando la caja de herramientas para cuando realmente haya una situación de estrés; y puede ser que esta persona no sepa cómo afrontarlo, pero sabe que si acude a esta otra puerta le podrán ayudar. También por ello es tan importante que cada quién genere una red; para así poder sentirse sostenido.

Estamos transitando una pandemia mundial, ¿Cómo ha afectado esto en Aterpe?

Con la pandemia todo ha sido afectado y todo ha cambiado mucho. Hemos tenido que abrir los proyectos 24h., hemos tenido que tener las plazas limitadas por los espacios, tuvimos que habilitar una sala aquí en Aterpe para poder aislar temporalmente a las personas que habían tenido contacto estrecho con alguna persona que dio positivo... Sí que es cierto que cuando se quiso, a todas las personas que estaban en calle se les dio alojamiento, como los frontones. Por lo tanto, cuando se quiere hay alternativas de alojamiento y ahora ya no.

Ante esto, ¿Qué podemos hacer?

Creo que hay que replantearse muchos modelos de trabajo que están anclados en el pasado. Yo creo que los que estamos trabajando en este campo tenemos que ser valientes para montar otro tipo de proyectos, donde la gente encaje y donde dejemos de lado los objetivos y empecemos a vincularnos, acompañarnos. Y ver qué recorrido puede hacer cada quién. Porque yo creo que todo el mundo puede hacer un recorrido. Trabajando con estas personas desde su realidad, no desde nuestros objetivos. Ya que nuestros objetivos son algo que nos marca la sociedad, y quizás ellos no pueden.

Sin embargo, no se le dedica el tiempo ni los recursos que realmente el problema requiere.

Aquí todos somos corresponsables de la situación que estamos generando. Que haya gente en la calle es una injusticia, no podemos mirar para otro lado. Estamos generando una sociedad totalmente excluyente. El problema de que haya personas en la calle no es solo de ellas, es también de la sociedad; todos somos corresponsables de la sociedad que estamos generando.

Es algo que se debería de agarrar con mucha más fuerza y volcarse en ello. Y en este proceso, a través de la sensibilización podemos cambiar la sociedad; necesitamos reflexionar mucho.

Lo que está muy claro es que una sociedad que genera exclusión, si quiere de nuevo incluirles, algo tendrá que cuestionarse.

¿Cuál es el perfil de los que llegan?

Podemos observar que hay más hombres que mujeres; las mujeres son un 15%. Entre las personas sin hogar también está bajando mucho la edad. Y hay un colectivo muy importante que son los migrantes. 

Es importante tener en cuenta que este perfil de migrantes tiene su red social allí en su país, emigran para mejorar su situación pero no es que allí estén solos. Sin embargo, a todos se les mete en el mismo carro, y es importante no hacerlo.

Así pues, el otro proyecto que tenemos es el de migrante joven llamado proyecto de inclusión activa, siendo su objetivo formarse para poder trabajar y ser autónomos.

En Aterpe, sin embargo, el proyecto es de activación inclusiva o institucional. Son personas que no van a pensar que ya vayan a trabajar (por su recorrido, por sus años, por el deterioro...). Pero eso no quiere decir que no puedan ser autónomos y no puedan participar de la carta de la sociedad. Así pues, el objetivo es intentar conseguir el mayor grado de autonomía donde dignifiquemos al máximo la persona.

Por último, volviendo de nuevo a ti, en este momento ¿en qué proyecto estás trabajando?

Ahora mismo estoy en contrato relevo y el tiempo que me queda para trabajar me voy a dedicar al proyecto que vamos a montar; un proyecto piloto en calle. Ya tengo ganas de dejar un poco todo el tema de la gestión, y lo realizaremos con algunos voluntarios. Además, vamos a ver si nos permiten hacer un pequeño trabajo en la cárcel. Dentro de Cáritas, trabajando en red; con gente de Cáritas y fuera de este. 

Tan solo tengo palabras de agradecimiento hacia ti, Pottoko. Gracias por aceptar la invitación para la entrevista, por darme la oportunidad de conocer Aterpe y recibirme con los brazos abiertos dispuesto a ofrecerme todo lo que eres. Ha sido un verdadero placer escucharte y sentir la pasión, la fuerza y la valentía que transmite tu mirada. Hace tiempo que llevo trabajando yo en la mía. Y siento que gracias a lo que me has compartido y la manera en la que lo has hecho, he ido aún más allá en mi propia transformación y toma de conciencia hacia una mirada más amplia. Me siento muy afortunada. Gracias de corazón.


Entrevista realizada por:

Maddi Arana Arzak


Para el recuerdo:

ÁRBOL SOLIDARIO DE NAVIDAD OnDoaN Topagunea

Éste año, con motivo de este Día Europeo de las Personas sin Hogar, queremos dedicar nuestro Árbol de Navidad Solidario a Aterpe; a todas las personas que hacen de este espacio un lugar de vida, seguridad, amparo, bienestar, paz, cobijo, ayuda, tranquilidad, refugio... para much@s día tras día.

100 cajitas en forma de casa como éstas, adornarán nuestro árbol solidario de Navidad con el único reto de dejarlo vacío de aquí al 18 de diciembre. Cada persona que nos visite, podrá llevarse su casita llena de bombones dejando una aportación económica en la hucha que habrá junto al árbol. Cada aportación, por pequeña que sea, será importante y un símbolo del deseo de much@s de un mundo más justo y humano para TODAS las personas, donde el derecho a tener un hogar sea una realidad. El dinero recaudado será entregado en Aterpe durante los días previos a la Navidad. 

¿Nos ayudas a vaciar el árbol?