Kontu-Kontari con... Sylvie Diedhiou, Lide Oregui y Miren Arzak

21.02.2022

Día Internacional de la Lengua Materna 2022 

A raíz de la importancia de la diversidad cultural y lingüística, la UNESCO aprobó la idea de celebrar el Día Internacional de la Lengua Materna el 21 de Febrero. Hoy nuestra Asociación pretende poner el foco en diferentes realidades, con el fin de mostrar y observar en cada una de las personas entrevistadas la importancia de la lengua materna. A su vez, es una invitación a que vosotr@s, los lector@s, conectéis con la vuestra.

La lengua materna es el primer idioma que aprende una persona durante sus primeros años de vida. A través de esta herramienta piensa y se comunica. Además, se utiliza la expresión "lengua matera" porque, según varias fuentes, en las comunidades primitivas era el padre el que salía a buscar alimentos y la madre quien se ocupaba y enseñaba a los hij@s en su propia lengua.

Tres mujeres, tres madres, con realidades y contextos diferentes, se han tomado un ratito para responder a mis preguntas. Ellas son Sylvie Diedhiou, Lide Oregui y Miren Arzak. Os invito a descubrirlas.




Sylvie Diedhiou tiene 48 años y es del sur de Senegal, en concreto de la ciudad Ziguinchor; "la ciudad más verde de Senegal". Vino al País Vasco en mayo del 2007, hace 14 años. Vive con su marido y sus dos hijas, de 14 y 11 años. Su marido es de la misma región que ella y vino al País Vasco en el año 1998, mientras que sus hijas nacieron aquí.

La lengua que pertenece a Ziguinchor es el diola y Sylvie es diola por parte de sus dos padres. Su madre y su padre, cada uno tienen un dialecto diferente pero que forman una misma lengua.


1. ¿Cómo les has transmitido a tus hijas el amor que sientes hacia tu lengua materna?

No es fácil, pero uno no se cruza de brazos. Yo les hablo en casa y ellas me entienden pero no lo hablan, porque como han nacido aquí tienen ya la lengua de aquí. Aún así, intentamos hacer todo lo que podemos en casa.

2. ¿Y para ti es importante que aprendan esta lengua?

Para mi es muy importante y yo considero que es su lengua materna. Es importante que ellas sepan de dónde vienen y que conozcan cuál es su lengua materna. Cuando viajamos a Senegal, si no mantenemos esta lengua, nos sentimos perdidos. Si lo entienden y pueden hablar un poquito no se sentirán discriminadas, porque uno lo puede pasar mal. Llegas allí, no entiendes lo que dicen y no es fácil.

Así que trabajamos para mantenerlo, aunque no lo mantengamos al 100%, algo es algo. Cuando vamos para allá vemos que nuestra insistencia tiene sus frutos, que ellas entienden más de lo que creemos.  

3. ¿Cómo viven ellas que tu les hables en diola?

Ellas lo viven como un juego. Al principio son risas pero uno está ahí explicándoles qué es lo importante y al final lo reciben bien. No les interesa porque ven que a su alrededor, en su realidad, nadie habla así. Pero de todo eso ellas lo absorben y guardan algo, y una vez allí todo eso se muestra.

Y allá lo agradecen; mi suegra al principio decía "pero, ¿cómo vamos a comunicarnos con ellas? No nos entenderán y nosotros a ellas tampoco". Pero después han vivido que sí han podido comunicarse entre abuela y nieta, y eso es muy bonito.

4. Cuando ellas nacieron, como madre, ¿le dabas prioridad a que ellas aprendieran las lenguas que se utilizan aquí?

Sí, es algo que he tenido claro desde el primer momento. Cuando uno toma una decisión de vivir fuera de su hogar y llega a otro lugar en el que no entiende el idioma, sufre. Así pues tiene que estar abierto a todo lo que uno encuentra; sino no será fácil la convivencia. Hay que armarse de valor, no tener miedo a equivocarse y seguir adelante. Mis hijas como han nacido aquí, lo importante era hablar bien la lengua de aquí. Lo nuestro, el diola, es un plus.

5. Cuando estás en el parque, ¿les hablas en diola?

Yo les hablo en español y para decirles algo en concreto utilizo el diola. Hay que adaptarse también al lugar, no podemos ir al parque, que estén ellas con sus amigos y que sientan que no somos de aquí. 

Necesitamos cultivar ese "nosotros" con la lengua que tenemos en común aquí, el español y el euskera, y así integrarnos.

6. ¿Por qué es para ti tan importante tu lengua materna?

La lengua materna es muy importante porque es un medio de comunicación que conserva siempre lo que es la familia. Es una garantía de unión hacia la familia; los padres, amigos... Tiene que ver con la identidad que todos tenemos y necesitamos tener; no podemos ir así por la vida como si no tuviéramos raíces. Por eso creo que la lengua materna es también importante porque a uno le ayuda en muchos ámbitos.

7. ¿Quieres añadir algo más?

Me gustaría decir que allá empiezan a promover el hablar de las lenguas minoritarias, empezando a integrarlo en las escuelas. 

El mundo evoluciona y muchos países de África son países colonizados. No estudiamos nuestras lenguas maternas sino que las de los colonizadores. Entonces hay una tendencia de perder la lengua materna por la lengua del colonizador. Pero gracias a que la gente se está espabilando se está haciendo un gran trabajo.   






Lide Oregui tiene 87 años y nació en Bergara. Su lengua materna es el euskera y vivió la represión contra el euskera en los años de la postguerra y durante la dictadura de Franco. ¿Cómo lo lograron? ¿Cómo lo vivió? Veamos...


1. En un contexto como el que vivisteis, ¿cómo conseguiste mantener tu lengua materna?

La fuerza y las ganas para mantener la lengua materna las tuvo mi madre. En casa siempre nos hablaba en euskera. En la calle, sin embargo, no podíamos hablar en euskera así que en la calle hablábamos en español. Pero en el barrio se utilizaba el euskera. Solamente había una familia en todo el barrio que en su casa hablase en castellano, sino en todas las demás viviendas se hablaba en euskera.

Además, mi madre no sabía español, de hecho, me acuerdo de que no solía acertar ningún artículo. Ella era de un caserio y siempre hablaban en euskera, entonces cuando hablaba en español a nosotros nos entraba la risa.

2. A ella, esa situación de no poder hablar en su lengua materna con total libertad, ¿le daba rabia?

No, yo no percibí que lo viviese con rabia. Ella veía que nosotros hablábamos y estudiábamos en español en la escuela, así que ella nos hablaba en euskera. Pero es verdad que llegó un tiempo donde los guardia civiles llegaron a Bergara. Como no había viviendas libres para que se pudieran alojar, mandaron al capitán a nuestra casa y vino con toda su familia a vivir con nosotros. Cuando mi madre hablaba con ellos recuero reírme mucho, que disparates...

3. En ese contexto, ¿cómo aprendiste a leer y a escribir en euskera?

Nosotros leíamos los --- que mi padre traía cada año. Así aprendí, porque en el cole todo era en español y los libros también, no podíamos decir ni una palabra en euskera. Además, si nos escuchaban hablar en euskera nos decían "hable usted en cristiano". Todas las maestras venían de fuera, no eran del País Vasco.

4. A pesar de que no haya sido tu caso, ¿en otras familias se rompió la transmisión de la lengua materna euskera?

Como se reían y les miraban mal cuando hablaban en euskera a las personas de mi generación, sobre todo a los que eran de caserio, algunos dejaron de hacerlo. Entonces, sobre todo las mujeres, comenzaron a hablar en español y también a sus hijos, porque para ellas lo importante era que hablaran bien español. En el caso de los hombres, sin embargo, tenían espacios donde hablar más que las mujeres en euskera; como en los "txikiteos". Por eso, el euskera se perdió mucho.

5. Y en el caso de tus hijos, ¿cómo fue?

Con esas ganas de mantener el euskera, vino el nacimiento de las ikastolas. Mi marido participó en ese proceso de creación y después, yo iba a enseñar euskera a las madres de los niños que no sabían, para que pudieran hablar en euskera con sus hijos.

Mis hijos también fueron a la ikastola por esa razón, para mantener el euskera y para que tuvieran la oportunidad de estudiar en euskera, no como nosotros. Lo que en una época era un sueño, lo conseguimos con nuestros hijos.

El español en aquel entonces se vivía con prestigio. Así que en la calle se hablaba en español, a pesar de estar en la Ikastola. Hablar en euskera era cosa de baserritarras para muchos. 

6. Y vosotros como padres, y habiendo vivido lo vivido con el euskera, ¿cómo lo vivíais?

El padre de mis hijos lo dijo muy claro: "En esta casa no se hablará español". Y no dejaba; si alguno decía algo en español se enfadaba.

Él decía siempre que cuando fue interno al colegio, que fue con 10-11 años, al volver se le había olvidado hablar en euskera. Entonces luego él tuvo que volver a aprender euskera.

7. ¿Quieres añadir algo?

Añadiría que era una época muy diferente. Pero se recuperó nuestra lengua materna y se consiguió llevarlo a las escuelas. Hemos tenido suerte, ha sido más fácil mantenerla en comparación a las personas que han tenido que salir de su país. Porque para nosotros tenía prioridad mantener la lengua materna del lugar, cosa que seguramente para las familias que tienen que irse hay otras prioridades.





Miren Arzak nació en Hondarribia y tiene 55 años. Como ha ocurrido en muchos casos, en algún momento en su familia la transmisión de la lengua materna se cortó. 


1. ¿Cuál es tu lengua materna? ¿Y la de tus padres?

Mi lengua materna es el español. La de mi madre es el euskera y la de mi padre es el francés.

2. ¿Qué ocurrió para que hubiera un cambio de una generación a otra respecto a la lengua materna?

Cuando mi madre y mi padre se casaron y nacimos nosotros, en casa se hablaba en español porque mi padre no sabía euskera. Nos hablaba en francés a veces pero como no estaba bien visto entre los vecinos, pasó a hablarnos en español.

3. ¿En qué momento recuperaste tú la lengua materna de tu madre?

Tenía el impulso para hacerlo pero mi contexto no me ayudaba. Al año de acabar el instituto hice euskera y después al conocer a mi marido decidimos que entre nosotros hablaríamos en euskera para empezar a practicar.

4. ¿Y cómo lo vives tú?

De alguna manera yo lo vivo como recuperar lo que mi madre no nos pudo transmitir, recuperar el idioma de mis ancestros. Y a su vez, me da la oportunidad de formar parte de este mundo que habla en euskera y eso para mi es muy enriquecedor. También la oportunidad que tienen mis hijos de poder utilizar los dos idiomas.

Eso mismo es la riqueza, ya que la lengua estructura la manera de comunicarse y relacionarse con los demás.

Y para mi lo más gratificante de todo esto es haberme podido comunicar y tratar a los pacientes en euskera, ya que muchos solo sabían esta lengua; de eso me di cuenta de cuando trabajé en Bergara y Oñati en Osakidetza, y es lo que más fuerza me dio.

5. ¿Cuál es la lengua que has transmitido a tus hijos? ¿Cómo te comunicas con ellos?

Su lengua materna es el euskera, aunque con mis hermanos hablan en castellano y he intentado que además aprendan a hablar en francés. Conmigo se comunican en euskera y en castellano. 

6. ¿Te gustaría añadir algo más?

Sí. Querría decir que para mi, cada no además de su lengua materna, el recuperar la lengua materna de las anteriores generaciones y el hecho de darles un lugar, le da mucha fuerza a la persona. A su vez, la persona se enriquece al incorporar las lenguas que hay en su contexto, y así se amplía la mirada hacia la vida.


Y para terminar...

os quiero agradecer a las tres de corazón por vuestro tiempo, por pasar un rato conmigo hablando de un elemento tan importante para cada uno de vosotras. 

Sylvie, me emociona la valentía y la sensibilidad que me ha transmitido tu mirada. Lide, escuchar tu historia me hace reconocer la mía y me enorgullece ser tu nieta, porque se que esa fuerza está en mi. Y Miren, a ti te agradezco haber seguido a tu impulso para que hoy yo pueda sentirme aún más cerca de mis antepasados.

Para mi la lengua materna nos conecta con nuestras raíces, con nuestro origen, con lo que uno es y lo que fueron los anteriores. Tomar eso es fuerza para la vida. Y hoy agradezco y honro a mi lengua materna y a mis raíces, tomando todo eso que me han dado. A su vez, os invito a hacerlo también a vosotros. Cuidemos nuestra lengua materna.


Entrevistas realizadas por:

Maddi Arana Arzak

"De la vieja fuente bebo,

bebo el agua nueva,

el agua que siempre es nueva,

de la fuente que siempre es vieja." 

-Joxean Artze-