Kontu-Kontari con... Yuliia Opanasiuk
Día Internacional de Recuerdo del Desastre de Chernóbyl 2024
Hoy, 26 de abril, se celebra el Día Internacional de
Recuerdo del Desastre de Chernóbyl, una fecha decretada por la ONU en su Resolución 71/125
de 19 de diciembre de 2016.
El objetivo de esta efeméride es conmemorar uno de los mayores desastres nucleares que ha vivido la humanidad en las últimas décadas, ocurrido en Pripyat, Ucrania, y el cual dejó un saldo muy alto de muertos y heridos debido a la radiación nuclear.
El accidente ocurre el día 26 de abril de 1986 en la planta nuclear Chernobyl debido a una gran explosión que liberó al espacio 200 toneladas de material radiactivo, que se extendió a distintas áreas y que lamentablemente se convirtió en uno de los desastres medioambientales más graves de la historia.
La causa fue producto de un error humano, que desencadenó toda una tragedia a nivel mundial. Muchos países se vieron afectados como fue el caso de Polonia, Bielorrusia, Checoslovaquia y Ucrania. La gran nube, se propagó por Europa.
Muchas personas terminaron muriendo y hubo casi 8.500 millones de afectados debido a los altos niveles de radiación, ya que la población no fue alertada a tiempo para alejarse del lugar.
Ya han pasado más de treinta años y hoy la ciudad de Prípyat, es considerada una ciudad fantasma, sumergida en lugar donde la vegetación y grandes árboles volvieron a emerger y la naturaleza recobró parte de ese territorio, sin embargo, todavía siguen existiendo altos nivel de radiactividad que no permiten la permanencia de ningún ser vivo.
En la actualidad, sólo pueden ir visitantes que se acercan al cementerio y para realizar el Tour de Chernóbil, bajo la vigilancia de un personal capacitado. En la zona sigue operativa la planta nuclear, donde operan trabajadores que se ocupan de vigilar la seguridad radiológica.
Desde OnDoaN Topagunea, hemos querido sumarnos a este día de recuerdo y hacer presente desde este espacio al pueblo ucraniano que por un lado sigue padeciendo las consecuencias de esta terrible catástrofe y, por otro, viviendo una guerra que continúa generando un sufrimiento desgarrador.
Os presento a Yuliia. Tiene 20 años, estudia turismo (¡está a punto de graduarse!) y trabaja en Zara, la reconocida empresa de moda.
Nació en Ucrania, sin embargo, en la búsqueda de nuevas aventuras y oportunidades, decidió trasladarse a España, donde actualmente reside en la ciudad de San Sebastián, lugar que conoció bien pequeña a la edad de 6 años.
Para mí es una suerte tener cerca a esta buena amiga y haber podido hacerle esta entrevista en la que generosamente nos comparte sus vivencias. ¡Deseo que os guste!
Yulia Opanasiuk
Yuliia, hoy nos encontramos aquí para poder recordar y conmemorar el desastre nuclear ocurrido en la central nuclear de Chernobyl en la ciudad de Pripyat (Ucrania) en el año 1986, y también para seguir haciendo presente a través de esta entrevista, la situación de guerra que vive nuestro país desde hace dos años.
1. No habías nacido todavía aquel 26 de abril del 86 pero seguramente habrás escuchado a tus padres y abuelos hablar sobre ese día porque además son de esa zona, ¿cómo vivió tu familia ese suceso tan devastador?
Cuando ocurrió el desastre nuclear, mi familia vivía bastante lejos de Chernóbil, por lo tanto, no se vieron tan afectados por la catástrofe como otras personas que vivían en la zona. Pero, según los relatos de mis familiares, muchas personas que vivían cerca del desastre de Chernóbil fueron evacuadas a otras ciudades y pueblos. La mayoría de la población del área de Chernóbil fue evacuada. Sin embargo, sigue habiendo una pequeña cantidad de personas viviendo en la propia ciudad: aquellos que se negaron a abandonar su ciudad natal.
2. ¿Qué impacto ha tenido la catástrofe en tu salud y bienestar y en la de tu familia? ¿Has conocido a personas afectadas por ello?
La verdad es que nunca he conocido a gente que se haya visto afectada por semejante catástrofe. Sin embargo, las nubes de radiación se extendieron a grandes distancias, lo que provocó un impacto general en la salud pública no sólo de la región o de Ucrania, sino también de muchos otros países europeos.
3. ¿Qué apoyo recibió la población para hacer frente a las secuelas?
Tras el desastre de Chernóbil, la población afectada recibió diversos tipos de apoyo para superar las consecuencias del accidente. Entre ellos la evacuación y reasentamiento de personas que vivían en zonas muy afectadas por la radiación fueron evacuadas y reasentadas en otras zonas más seguras. Esto se hizo para minimizar una mayor exposición. También se brindó atención médica especializada para tratar enfermedades y afecciones relacionadas con la exposición a la radiación, como cáncer, enfermedades cardíacas y de tiroides, y además, se proporcionó apoyo financiero. Esto incluía pensiones, subsidios médicos, vivienda y otros beneficios.
4. Tú fuiste una de tantas niñas y niños ucranianos que han viajado desde Ucrania para pasar los meses de verano en Euskadi. ¿Podrías contarnos en qué consistía el programa de acogimiento y cómo fue tu experiencia?
El programa de acogimiento entre Ucrania y Euskadi es una iniciativa que permite que niños ucranianos viajen a Euskadi durante los meses de verano para pasar tiempo con familias anfitrionas en un entorno seguro y acogedor. Por supuesto, no todos fueron seleccionados para este programa; esta oportunidad solo se ofrecía a aquellos que más lo necesitaban.
En mi caso, cuando tenía 5 años, mi papá falleció. Mi mamá tuvo que esforzarse mucho para "ponernos de pie", ya que se quedó sola. Tenía que trabajar desde la mañana hasta la noche, por lo que mi hermano y yo nos volvimos independientes rápidamente.
Mamá intentó hacer todo lo posible para asegurarnos un buen futuro, donde no tuviéramos que preocuparnos por sobrevivir o cómo pasar los siguientes meses.
Además, nací en
la ciudad de Bucha, que está a 113 km de Chernóbil.
La asociación CHERNOBYL Elkartea trabaja para ayudar a las niñas y niños de la zona afectada por el desastre nuclear, quienes no tienen la oportunidad de salir de la "zona radiactiva" aunque sea una vez al año para recargar energías, recuperarse, recibir atención médica si es necesario, entre otras cosas. Así es como fui admitida en este programa.
Ha sido una experiencia muy positiva. Este programa cambió mi perspectiva de la vida. Estoy muy agradecida a la familia de acogida por todo el cuidado que me brindaron durante todo este tiempo. Me abrieron un nuevo mundo de posibilidades. Estaré eternamente agradecida por eso.
5. Tras la invasión de Ucrania por las tropas rusas que entraron por la zona de Chernobyl nos podrías decir; ¿Cómo ha afectado la guerra a esa zona y a las personas que viven allí? ¿Se han visto afectadas las medidas de protección y prevención de radiación en Chernóbil como resultado del conflicto armado?
La invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas y el conflicto armado que ha seguido han tenido un impacto significativo en la zona de Chernóbil y en las personas que viven allí.
La central nuclear de Chernóbil fue tomada por los ocupantes rusos en la segunda mitad del día 24 de febrero. Desde entonces, el personal de la estación trabajó casi sin rotación y los ocupantes mantuvieron a los trabajadores como rehenes. Aunque no hubo acciones militares activas en el territorio del Parque Nacional de Chernóbil y en general en la zona de exclusión, los rusos "se destacaron" cavando trincheras y viviendo en ellas durante varias semanas, inhalando y acumulando elementos radiactivos en la piel, aumentando así la radiación en el aire.
6. ¿Cómo viviste el comienzo de la invasión? ¿Qué te hizo tomar la decisión de salir de Ucrania? ¿Lo hiciste con tu familia o sola?
Bueno, el 24 de febrero de 2022, alrededor de las seis de la mañana, nuestra tía nos llamó y dijo que la guerra había comenzado. Recuerdo que la televisión no funcionaba, así que utilizamos una vieja radio para enterarnos de los detalles. En ese momento de tensión, teníamos prisa por hacer las maletas con lo imprescindible y los documentos necesarios. Como el transporte público no funcionaba y no teníamos coche, decidimos quedarnos en casa. Los ocupantes lanzaron ataques con misiles casi en todas las ciudades y pueblos donde había objetivos militares. A través de la ventana, se podía ver cómo los helicópteros volaban hacia la ciudad de Gostomel, ya que intentaban capturar el aeródromo "Antonov". La electricidad y el suministro de agua funcionaron durante varios días, pero luego se cortaron. Tuvimos que sacar agua del piso de abajo del edificio.
Recuerdo que dentro de la casa hacía mucho frío, ya que estábamos sentados con abrigos, probablemente hacía unos 6 grados. Cada mañana te despertabas y veías cómo tu ciudad y las ciudades vecinas ardían por las explosiones. Hasta el 28 de febrero todo iba más o menos bien, por así decirlo, pero después la cosa se puso difícil.
Hasta ese momento, la gente aún podía salir a la calle, respetando el toque de queda de 10:00 a 17:00. Íbamos al supermercado, comprábamos alimentos, e incluso algunos establecimientos regalaban comida.
Una vez, el día 28,
mi amiga, mi hermano y yo nos dirigimos a uno de los supermercados.
Considerando la situación, estaba bastante lejos de casa, a unos 20 minutos a
pie y además cerca de la carretera principal. Al llegar, un desconocido nos
informó que no permitían entrar a personas al supermercado debido a la
presencia militar. En ese momento pensé que eran nuestras fuerzas armadas, pero
después, analizando la situación, me di cuenta de que eran los ocupantes. Al
regresar a casa, ni siquiera sospechábamos que algo inesperado pudiera suceder.
Pero cuando nos dimos la vuelta, vimos que un grupo de militares nos perseguía
y gritaba "corred", así que corrimos de inmediato a casa.
Desde ese día, nadie volvió a salir a la calle. Nos limitamos a salir al patio para preparar comida y calentar agua. Dado que los ocupantes no tenían información precisa sobre la ubicación de nuestras fuerzas militares, nos atacaron desde diferentes direcciones. Esto era similar a jugar a la ruleta, donde uno tenía suerte hoy y el otro no.
No teníamos verdaderos bunkers, sino sótanos en la parte baja de la casa, donde probablemente sólo bajamos dos o tres veces. Hacía mucho frío y había mucha humedad. La última vez que bajamos allí, pasamos unas tres horas, y me congelé tanto que ni siquiera sentía mis piernas. Le dije a mamá que no iba a volver a bajar allí. Que sea lo que sea. Puede sonar muy radical, pero yo elegiría una muerte rápida antes que una muerte lenta. Si el edificio se derrumba, nadie podrá sacarte del sótano, sobre todo en la zona controlada por los ocupantes. El suelo temblaba durante las explosiones, pero intentamos mantener la calma porque no había otra opción.
En los últimos días antes de la evacuación, ni siquiera mirábamos por la ventana, porque te podían pegar un tiro en la cabeza. Nos fuimos alrededor de la segunda o tercera evacuación. También daba miedo. Te vas vivo o muerto. Ni siquiera sabíamos a dónde nos llevaban, esa información la descubrimos cuando nos subimos al autobús. A través de la ventana del autobús, veíamos toda la imagen de horror: edificios derrumbados, autos disparados... De todos modos, logramos salir.
Tras la retirada de
las fuerzas de ocupación rusas de Bucha a finales de marzo, aparecieron pruebas
de numerosas atrocidades cometidas por los rusos durante la ocupación de la
ciudad. En el sótano se encontraron cuerpos mutilados de hombres, mujeres y niños
asesinados. El examen de los cuerpos reveló signos de tortura, como orejas
cortadas y dientes arrancados. Los cuerpos de otros civiles asesinados fueron
abandonados en la carretera. El principal método de asesinato era el disparo en
la nuca. Así murió el padrino de mi hermano, que iba en bicicleta con su hijo
en busca de comida. Le dispararon una vez en la cabeza y en el corazón, pero su
hijo tuvo más suerte, la bala le atravesó la capucha y sobrevivió. Las calles
principales estaban salpicadas de civiles muertos. Los cuerpos estaban
intactos, lo que indicaba que la gente había muerto por disparos, no por
artefactos explosivos.
7. ¿Por Qué decidiste venir a España y no a otro país más cercano? ¿Cómo fue la acogida?
Porque vengo aquí
desde pequeña. Ya conocía la cultura, las tradiciones y el idioma. Por cierto,
vine sola, toda mi familia está en Ucrania. La acogida fue muy buena, sobre
todo porque hacía casi tres años que no venía por la situación del coronavirus.
8. ¿Cómo está siendo este tiempo para ti aquí, en Donostia? ¿Con qué dificultades te has encontrado? ¿Cómo es tu día a día?
Bueno, Donostia es una ciudad increíble donde tienes muchas oportunidades para crecer y mejorar. Tengo la oportunidad de trabajar. También voy al gimnasio, estoy estudiando... Aquí vives, no sobrevives. Los desafíos que he enfrentado incluyen el costo de la vivienda, que puede ser alto debido a la demanda de propiedades en una ciudad tan atractiva. Además, aunque hablo español, todavía hay muchas cosas que no entiendo y me enfrento a dificultades lingüísticas.
Echo mucho de menos a mi familia y a mi hogar, aunque no tengo planes de regresar, ya que no veo un futuro para mí allí.
9. Han pasado dos años desde que comenzó la guerra, ¿cómo describirías la situación que vivía el país antes de la guerra y la situación actual?
Antes del inicio de la guerra en Ucrania, se percibían ciertos problemas, pero el país estaba en desarrollo y buscaba su camino hacia la estabilidad y la prosperidad. Sin embargo, la guerra con Rusia cambió todo de repente. El conflicto ha generado profundos y complejos desafíos para la sociedad, la economía y la política ucranianas. En primer lugar, la guerra ha llevado a una tragedia humana. Miles de personas han perdido la vida, y muchas más han resultado heridas o han perdido sus hogares. Las acciones militares también han causado daños materiales significativos, incluida la destrucción de infraestructuras. Económicamente, la guerra ha llevado a un rápido deterioro de las condiciones de vida de muchos ucranianos. La disminución de la producción, la inestabilidad económica y el aumento del desempleo se han convertido en problemas graves para el país. Muchas empresas se han visto obligadas a cerrar debido a pérdidas o restricciones comerciales.
10. ¿Cómo ves el futuro? ¿Cuáles son tus sueños? ¿Dónde te imaginas, aquí, allí...?
Veo mi futuro en San Sebastián. Esta ciudad ofrece muchas oportunidades para el crecimiento y desarrollo personal y profesional. Mis sueños incluyen continuar mi carrera, también terminar mis estudios y matricularme en alguna institución educativa aquí. Me imagino aquí. Sin embargo, también mantengo mis sueños de viajar y explorar nuevos lugares, por lo que no descarto la posibilidad de aventurarme más allá en el futuro. Pero por ahora, mi enfoque está en construir mi vida aquí y hacer de San Sebastián mi hogar.
Yuliia, solo me quedan palabras de agradecimiento hacia ti. Gracias por compartir tu historia y, de algún modo, la de otros millones de nuestr@s compatriotas con nosotr@s. ¡Muchas gracias!
Entrevista realizada por:
Yevheniia Kulias
Responsable de la sección Kontu-Kontari