
Salida Fin de Curso: Karrantza - Crónica






Llegados nuevamente al final del curso, y para darle el final que merece, nos hemos acercado a OnDoaN para, como viene siendo habitual, hacer una bonita excursión.
En el día de hoy, será Emilio quien, otra vez, se encargue de conducir el bus que nos va a llevar de viaje. Como el día ha amanecido lluvioso, nos hemos tenido que guarecer en el garaje mientras iban llegando los miembros de la expedición.
Hoy ha tocado desplazarse a Bizkaia; más concretamente, a Karrantza, una comarca que linda con Cantabria.
Tras un viaje de aproximadamente dos horas, y llegados a la diminuta localidad de Ranero (no sin dificultades para que nuestro bus de alguna de las enrevesadas curvas del camino), todos listos para ver la cueva de Pozalagua.
Nos hemos acercado hasta el mirador que ofrece una panorámica completa del valle, y hemos disfrutado de la vista, aunque hoy las nubes nos hayan impedido poder contemplarlo en su totalidad. Hemos calculado bien los tiempos para no llegar tarde ni tener que esperar demasiado para entrar en la cueva. Para cubrir el pequeño rato que faltaba, nos hemos guarecido en el pequeño museo del valle y/o en el bar adyacente.
Bueno, vamos, que ya es la hora. Nada más entrar, la primera sorpresa: vete tú a saber por qué, se han quedado sin luz, y hemos tenido que ponernos luces frontales que han repartido entre los visitantes. Algunas de nosotras no son muy amantes ni de las cuevas ni de la oscuridad: Iracema al final se ha dejado convencer, no así Isabel. Estas cosas no se pueden hacer forzadas, claro; bueno, luego le contaremos.
¿Qué decir de lo ahí visto? … ¡Que es maravilloso! Diría que el hecho de haber tenido que hacer la visita con los frontales la ha convertido en algo aún más especial. Añadiría que a todos, sin excepción, nos ha parecido preciosa. Cuando hemos llegado aproximadamente a la mitad del recorrido, nos han permitido sacar fotos, y no hemos dejado pasar la ocasión de sacar una de grupo, claro.
Hemos podido disfrutar de una colección impresionante de estalactitas excéntricas que hacen que esta cueva sea única. Son espectaculares los techos que el agua, con la paciencia de millones de años, va esculpiendo aquí, formando figuras realmente curiosas que desafían las leyes de la gravedad.
Antes de salir, un último regalo: de repente, ha vuelto la luz, y hemos tenido ocasión de conocer cómo es una visita estándar, y disfrutar hasta la salida de la belleza sin par de este espacio, subrayada por la iluminación que estratégicamente hace que resalte cada rincón lleno de magia.
Ya fuera, con la sonrisa en los labios, la foto de despedida.
Nuevamente en el bus, nos hemos acercado hasta el parque Karpin Aventura, que está relativamente cerca de Pozalagua. Allí, hemos podido ver un montón de animales que han sido recogidos por distintos motivos: unos porque han sido abandonados; otros, para poder curarse y/o rehabilitarse de sus enfermedades o tras sobrevivir a los malos tratos o a las consecuencias de la caza furtiva.
Hemos tenido ocasión de degustar y compartir en buena armonía las viandas traídas de casa, en un espacio cubierto que suelen utilizar para hacer talleres.
Tras el último bocado, hemos completado, cada cual a su ritmo, el recorrido que da la vuelta completa al parque. Monos enanos, traviesos e inquietos; el lobo solitario; el colorido y elegante jaguar; los enormes buitres que han perdido la capacidad de volar; el tremendo oso pardo paseante; los grupos de herbívoros que campan a sus anchas… y un laaaargo etcétera. Una mirada al reloj nos ha recordado que Emilio estará esperándonos, y, tras una visita fugaz al bosque donde la mitología es la protagonista, hemos llegado a la salida. Allí, para terminar, una última foto de grupo, cómo si no. La lluvia nos ha respetado bastante más de lo que se prevía/temía al comienzo del día. Menos mal.
El viaje de vuelta, tranquilo y con buen humor. Como no hay que perder las buenas costumbres, tampoco ha faltado el bingo. Se han repartido bastones de monte, cantimploras y mochilas, junto con sonrisas y aplausos.
¿A alguien se le ocurre una mejor manera de abrirle la puerta al verano?
Gracias a todos y hasta el curso 25-26. Un abrazo.
Xabi Ariznabarreta





